Grabado de Fernando Evangelio
“Mirando al otro
lado” no dejó indiferente a Jules.
Al principio
pensó que tal vez no era el grabado más atractivo de la muestra, por la
apariencia un poco espartana de los hombres representados, pero enseguida
entendió que el mensaje del artista era otro. Sintió que este grabado lo decía
todo con muy poco, llegando a sintonizar con la energía y dualidad que
se desprendía de la obra.
Le vino en mente
la idea de un viaje en el tiempo, entre dos momentos distintos en la vida de
una persona y de la relación existente entre ambas.
El hecho que los
dos personajes se miren lo demostraba de
alguna manera. Poco importaba el color, pues en función de una sociedad u otra
el significado es variable. Las líneas que unían a los personajes eran
inequívocas de la conexión o camino recorrido entre los dos momentos, o estados
temporales del ser.
Para Jules el
personaje blanco era su presente aunque siempre se acordaba de cómo era antes.
Así lo interpretó, definió esta arqueología de la identidad, en un
breve abrir y cerrar de ojos. Todo era posible.
Gonzalo
Ortega
Taller de Creación Literaria
Visita a la exposición "Cinco tórculos"
Sala Coll Alas
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