Vos deixem les impressions de Marcelino Álvarez, monitor del curs d'Astronomia de la UPG, sobre el viatge a Otos. Malauradament, el cap de setmana va ser molt plujós.
OTOS.- mayo 2008
El fin de semana del 11 de mayo, alumnos del curso de Astronomía de la Universidad Popular de Gandía, acompañados por mi como profesor, fuimos al pueblo de Otos, con la finalidad de ver los distintos relojes de Sol de la localidad.
El sábado día 10, por la tarde, partimos a pesar de la intensa lluvia.
Llegados a Otos, pudimos ver que no llovía, aunque hacía poco que lo había hecho. Aprovechamos para visitar los diferentes relojes. Incluso en el reloj situado en la fachada del Ayuntamiento, apareció un tímido Sol, que nos indicó la hora de forma casi exacta: las 17:10.
Después, y ya en la plaza, la lluvia volvió a hacer su aparición, lo cual, en lugar de desanimarnos, nos motivó todavía mas, para ir a ver el resto de relojes. Así, con los paraguas abiertos, y desafiando al gélido viento, vimos el ecuatorial del polideportivo, los de pared de la plaza, el que luce en la casa del autor de la mayoría de esos monumentos, Joan Olivares, que a pesar de estar en la pared, el gnomon, no es lo habitual, es decir el hierro que sobresale de la pared, sino un círculo que existe al final del mismo, y que provoca un punto luminoso sobre el área del reloj, que es el que indica realmente la hora.
Después de la cena, y en vista de que el tiempo no mejoraba, por lo que la observación prevista de las estrellas y la Luna se hacía imposible, pasamos a desarrollar el plan “B”, o taller de relojes de Sol ya que al estar en Otos, que mejor que montar alguno de los monumentos que le han dado fama al pueblo.
Así que distribuidos convenientemente el material de trabajo, consistente en tijeras, lápices de colores, rotuladores, cartulinas, plantillas, etc… dimos comienzo a la construcción de diversos tipos de relojes: Uno ecuatorial, otro declinante horizontal, y un tercero, que en lugar del Sol, utiliza las estrellas para saber la hora: Un nocturlabio, o reloj de estrellas, que se utilizó sobre todo por los marinos, para saber la hora de la noche, en base a la posición relativa de la Osa Mayor y la Osa Menor.
Lógicamente no pudimos probar ninguno de ellos, los de día por estar lloviendo, y el de noche… por tampoco ver estrellas.
El domingo, y en vista de que seguía lloviendo, decidimos no realizar la visita al resto de relojes de la Vall d’Albaida, ya que era prácticamente imposible. La lluvia era muy intensa, y decidimos dejar pendiente la visita para una mejor ocasión.
Marcelino Alvarez Villarroya
Curso de Astronomía
U.P.G.
El fin de semana del 11 de mayo, alumnos del curso de Astronomía de la Universidad Popular de Gandía, acompañados por mi como profesor, fuimos al pueblo de Otos, con la finalidad de ver los distintos relojes de Sol de la localidad.
El sábado día 10, por la tarde, partimos a pesar de la intensa lluvia.
Llegados a Otos, pudimos ver que no llovía, aunque hacía poco que lo había hecho. Aprovechamos para visitar los diferentes relojes. Incluso en el reloj situado en la fachada del Ayuntamiento, apareció un tímido Sol, que nos indicó la hora de forma casi exacta: las 17:10.
Después, y ya en la plaza, la lluvia volvió a hacer su aparición, lo cual, en lugar de desanimarnos, nos motivó todavía mas, para ir a ver el resto de relojes. Así, con los paraguas abiertos, y desafiando al gélido viento, vimos el ecuatorial del polideportivo, los de pared de la plaza, el que luce en la casa del autor de la mayoría de esos monumentos, Joan Olivares, que a pesar de estar en la pared, el gnomon, no es lo habitual, es decir el hierro que sobresale de la pared, sino un círculo que existe al final del mismo, y que provoca un punto luminoso sobre el área del reloj, que es el que indica realmente la hora.
Después de la cena, y en vista de que el tiempo no mejoraba, por lo que la observación prevista de las estrellas y la Luna se hacía imposible, pasamos a desarrollar el plan “B”, o taller de relojes de Sol ya que al estar en Otos, que mejor que montar alguno de los monumentos que le han dado fama al pueblo.
Así que distribuidos convenientemente el material de trabajo, consistente en tijeras, lápices de colores, rotuladores, cartulinas, plantillas, etc… dimos comienzo a la construcción de diversos tipos de relojes: Uno ecuatorial, otro declinante horizontal, y un tercero, que en lugar del Sol, utiliza las estrellas para saber la hora: Un nocturlabio, o reloj de estrellas, que se utilizó sobre todo por los marinos, para saber la hora de la noche, en base a la posición relativa de la Osa Mayor y la Osa Menor.
Lógicamente no pudimos probar ninguno de ellos, los de día por estar lloviendo, y el de noche… por tampoco ver estrellas.
El domingo, y en vista de que seguía lloviendo, decidimos no realizar la visita al resto de relojes de la Vall d’Albaida, ya que era prácticamente imposible. La lluvia era muy intensa, y decidimos dejar pendiente la visita para una mejor ocasión.
Marcelino Alvarez Villarroya
Curso de Astronomía
U.P.G.
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